El proyecto, bautizado Segmented Ultralight Morphing Rotor (SUMR), lo que puede traducirse como rotor segmentado ultraligero adaptable, plantea turbinas de 200 metros de alto provistas con palas eólicas de hasta 100 metros de largo que tienen la particularidad de adaptarse a diferentes situaciones climáticas. El nombre del diseño proviene justamente porque las palas pueden ser montadas con segmentos, y ultraligero, porque la capacidad de adaptación de las palas al flujo del viento les permite tener menor masa estructural. Esto último también está relacionado con los costos tanto de su fabricación como de su mantenimiento.
El equipo que está desarrollando este diseño es liderado por investigadores de la Universidad de Virginia, además de integrantes de las de Illinois y de Colorado, además de componentes del Laboratorio Nacional de Sandia y del Laboratorio Nacional de Energía Renovable (NREL, por su acrónimo en inglés), ambos dependientes del Departamento de Energía (DOE, por sus siglas en inglés).
También forman parte del proyecto, apoyado por un fondo federal de poco más de 3,5 millones de dólares, científicos de la Escuela de Minas de Colorado, una facultad pública de ese mismo estado, junto al asesoramiento corporativo de empresas privadas como la energética Dominion Resources, y las multinacionales General Electric, Siemens y Vestas.
"A velocidades de viento peligrosas, las palas se recogen y alinean en dirección del viento, lo que reduce el riesgo de daños; a velocidades de viento bajas, las palas se extienden más para así maximizar la producción de energía", explica Todd Griffith, diseñador jefe del proyecto y director técnico del Programa de Energía Eólica Marina de Sandia.
Por su parte, Eric Loth, jefe del Departamento de Ingeniería Mecanica y Aerospacial de la Universidad de Virginia explica que el modelo utilizado para el SUMR es de las palmeras. "Las palmeras -dice- alcanzan su capacidad de recuperación gracias a la estructura segmentad y ligera de su tronco, que le permite doblarse con el viento; van en la misma corriente. Del mismo modo, nuestro diseño de turbina puede acomodarse a favor de vientos muy fuertes y a diferencia de los aerogeneradores convencionales".
Según se explica desde Sandia, la mayoría de las turbinas eólicas actuales en suelo estadounidense se encuentran en el rango de 1 a 2 MW de capacidad, con aspas de unos 50 metros de largo, mientras que las más grandes turbinas disponibles en el mercado tienen una potencia de 8 MW, con aspas de 80 metros de largo.
"Estados Unidos tiene un gran potencial de energía eólica offshore, pero las instalaciones allí son caras, por lo que se necesitan turbinas más grandes para captar esa energía a un precio asequible", dice Griffith.
Las previsiones indican que en 15 años podría haber un "bosque de aerogeneradores gigantes" en las costa del estado de Virginia, según se asegura en la Universidad de ese estado, "capaz de entregar suficiente energía a unos 500 mil hogares".