Como se sabe, Impsa se encuentra en una delicada situación financiera debido al retraso de pagos de sus mayores clientes en Venezuela y Brasil, lo que le ha producido escasez de efectivo y la imposibilidad de hacer frente a sus propios compromisos.
Los activos vendidos son parte del último gran contrato firmado por la empresa argentina para instalar, hasta 2018, aerogeneradores en 22 centrales en los estados de Río Grande do Norte, Ceará y Bahía. En su momento, dicha operación fue presentada como la mayor venta en la historia de la firma, e implicaba la provisión de 287 aerogeneradores de 2,0 MW de capacidad.
Se trata de las centrales eólicas de Itaguaçu da Bahía, Ventos de Santa Luzia, Ventos de Santa Madalena, Ventos de Santa Marcella, Ventos de Santa Vera, Ventos de Santo Antônio, Ventos de São Bento, Ventos de São Cirilo, Ventos de São João, Ventos de São Rafael, Ouro Verde I, II y III, Serra do Mel I, II y III, en los Estados de Río Grande do Norte, Ceará y Bahía.
En septiembre pasado, Impsa solicitó ante las autoridades de la provincia argentina de Mendoza, donde tiene su base, un permiso para iniciar un proceso que puede derivar en suspensiones y despidos de sus trabajadores. Se asegura que desde el Gobierno argentino se estudia un plan de rescate.