Hace cinco años Iberdrola daba a conocer el inicio de Lignocrop, descrito como la primera iniciativa que desarrolla un estudio sobre la optimización de toda la cadena logística de los cultivos energéticos: selección genética de cultivos, producción de la planta en el laboratorio, crecimiento en los emplazamientos más adecuados, proceso de recolección y preparación, acondicionamiento de la biomasa y suministro para la producción de energía. En la primavera de 2012 se plantaron las primeras hectáreas y, tres años después, informan sobre la primera recolección.
Según informan desde Iberdrola la recolección llevada a cabo en Tahibilla corresponde a una plantación de 16 hectáreas de chopos y robinias (12 y 4 hectáreas, respectivamente) de ciclo corto de rotación, que se corresponde con los tres años transcurridos. La astilla resultante de esta recogida, en la que ha participado el socio local de la compañía energética (Pronansa), será destinada a la combustión en instalaciones térmicas, principalmente calderas.
Clones de chopos, sauces y robinias
El proyecto abarca en total 60 hectáreas de cultivo energético leñoso, con un máximo de doce años de vida útil,r epartidas en cuatro ubicaciones geográfica y meteorológicamente muy distintas: Peñafiel (Valladolid), Tahivilla (Cádiz), Molina de Aragón (Guadalajara) y vega de Granada. Tras el trabajo de selección genética y cultivo en laboratorio, se han implantado diferentes clones de los géneros Populus (álamos o chopos), Salix (sauces) y Robinia, “todos ellos con un alto poder energético, rápido crecimiento, capacidad de rebrote de cepa e impacto ambiental positivo”, añaden desde Iberdrola.
“Los objetivos son demostrar la viabilidad técnica y económico-financiera de los cultivos energéticos leñosos como alternativa que complemente a los cultivos tradicionales, recuperar la actividad en tierras marginales y comprobar el impacto sobre el empleo y creación de riqueza que se produce en el entorno rural donde se implantan”. Así explica también Iberdrola la meta a alcanzar dentro de un proyecto de I+D que cuenta con tres millones de euros de presupuesto y la financiación del antiguo Ministerio de Ciencia e Innovación a través del Plan E.
Aparte de Iberdrola, que lidera Lignocrop, participan también en el mismo socios con experiencia en el sector agroforestal, como el Centro de Investigación Forestal (INIA-CIFOR), el Instituto Valenciano de Investigación Agraria (IVIA) y la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). El proyecto concluye a finales de 2017, “periodo suficiente –afirman desde la compañía– para identificar los principales parámetros que permitirán no solo asegurar el control y mejora de la eficiencia en costes y producción, sino también la gestión eficiente de aspectos medioambientales clave”. Iberdrola cita la incorporación en campo de infraestructuras de riego por goteo, estaciones de medición de humedad y climatológicas, como “vía de ahorro y uso eficiente de los recursos hídricos necesarios para las plantaciones”.
