Según se sostiene en un comunicado de campaña, el objetivo es luchar contra el cambio climático, crear empleos y convertir a Estados Unidos en líder indiscutible de las energías limpias. La meta final es que para 2026 haya suficiente energía renovable para alimentar todos los hogares en Estados Unidos. Y para eso será preciso lograr que haya más de quinientos millones de paneles fotovoltaicos instalados en todo el país al final de su hipotético mandato.
Para lograr estos objetivos se propone "ampliar la cantidad de capacidad solar instalada hasta 140 GW a finales de 2020, un incremento del 700% respecto a los niveles actuales, el equivalente a tener sistemas solares en los techos de más de 25 millones de hogares".
Además se propone añadir "más capacidad de generación de energía a la red que en cualquier década en la historia de Estados Unidos, a partir de una combinación de energía eólica, solar, hidroeléctrica, geotérmica y otras formas de energía renovable".
Un tercer punto de esta propuesta energética de la precandidata Clinton es "prevenir miles de muertes prematuras y decenas de miles de ataques de asma cada año, cumplir con nuestros objetivos nacionales e internacionales del clima, y mover nuestra economía hacia una profunda descarbonización para 2050".
Entre las medidas propuestas figura formar una asociación con los estados, ciudades y comunidades rurales en cuestiones, entre otras, como incentivos para que superen los estándares federales de contaminación de carbono y aceleren el despliegue de las energías limpias, y premiar a las comunidades que corten con éxito la burocracia que ralentiza el tiempo de instalación de energía solar en las azoteas.