La organización ecologista WWF puso en marcha el pasado mes de mayo, en colaboración con la Fundación Reale y la Fundación Biodiversidad, una campaña -"Mejora la Energía de tu Comunidad"- con la que se marcaba como objetivo -se marca- el dar a conocer "la necesidad y oportunidad de aplicar medidas de ahorro y eficiencia energética en los edificios". En el marco de esta iniciativa, la organización ecologista apostaba -y apuesta- por hacer "énfasis en la importancia de instalar energías renovables en régimen de autoconsumo con balance neto para una producción de energía local y limpia con múltiples beneficios económicos para los consumidores".
Según WWF, "Mejora la Energía de tu Comunidad" ofrece a los consumidores las claves de las mejoras energéticas en los edificios: "entre ellas, incorporar elementos de aislamiento en las fachadas y cubiertas, además de cambiar ventanas y puertas por otras más eficientes, para reducir un 50% el consumo energético de los edificios". Otras propuestas de la campaña se centran en cambiar las calderas antiguas e ineficientes por otras más eficientes y aislar las tuberías de calefacción, así como sustituir los electrodomésticos por otros que consuman menos energía, utilizar bombillas de bajo consumo "y, por supuesto, instalar energías renovables en los edificios".
La aplicación de todas estas medidas de forma conjunta -explica WWF- permitiría ahorrar otro 30% extra de energía. En consecuencia -concluye la organización ecologista-, el ahorro potencial de energía de los edificios de viviendas podría ascender hasta el 80%. El potencial nacional de ahorro en el sector residencial es, además, formidable, según datos de WWF, pues, en España, más de la mitad (concretamente el 53%) del parque residencial existente -que está formado por un total de 26 millones de viviendas- fue construido antes de que entrase en vigor la primera normativa de eficiencia energética en la construcción de los edificios, que data de 1979 (RD 2429/1979: NBE-CT/79).
En el marco del proyecto "Mejora la Energía de tu Comunidad", WWF acaba de presentar además la herramienta "Comunidad Eficiente 2.0", una aplicación online -una de las claves del proyecto todo, según la oenegé- que oferta dos funcionalidades: una, calcular el consumo energético doméstico, y otra, revelar las oportunidades para reducirlo hasta un 80% gracias a la propuesta de medidas de mejora. Según WWF, esta herramienta "muestra los beneficios que puede obtener cada vecino por aplicar medidas de ahorro y eficiencia energética en su hogar y pretende fomentar el autoconsumo con energías renovables". Además, también permite realizar un análisis de las emisiones de CO2 según los recursos energéticos utilizados.
La "Comunidad Eficiente 2.0" permite a los usuarios -explica WWF- consultar todas las oportunidades de reducción de emisiones de CO2 que tienen tanto sus hogares (salón, habitaciones, cocina y baño) como sus edificios y zonas comunes (escaleras, ascensor y garaje) y ofrece medidas específicas para aumentar la eficiencia, reducir los costes energéticos y las emisiones de CO2 en las comunidades de vecinos. Entre estas propuestas de mejora, WWF destaca la importancia de aislar bien los edificios e instalar energías renovables en régimen de autoconsumo, apostando por una producción de energía local y limpia, evitando las pérdidas de energía por transporte en la red, gracias a que se produce cerca del punto de consumo.
WWF recuerda otras recomendaciones de buenos hábitos y comportamiento responsable de los consumidores que también suponen grandes ahorros energéticos y económicos. Por ejemplo, sustituir las bombillas incandescentes por otras eficientes (LED) representa un ahorro de energía del 80%, el mismo ahorro energético que utilizar un aire acondicionado de tecnología inverter y categoría A. También la eliminación del standby o "consumo fantasma" de los aparatos eléctricos, que supone el 12% de la factura de electricidad de una familia media. En cuanto a los electrodomésticos, la apuesta por los de categoría A+++ garantiza importantes ahorros de energía. Por ejemplo, una lavadora eficiente de esta calificación puede llegar a consumir hasta un 90% menos que una de clase B.
