Una vez concluidas, ambas plantas, localizadas en el desierto de Atacama, una de las zonas con mayor radiación del planeta, se extenderán en una superficie de mil hectáreas. Se estima que la planta fotovoltaica entrará en operación a fines de este año y la planta termosolar lo hará en el segundo trimestre de 2017.
Según la empresa, la planta fotovoltaica "será la más grande en su categoría en el Norte Grande" chileno, y constará de 392.000 paneles.
En tanto, la termosolar, cuyas obras se iniciaron en 2014, constará de 10.600 heliostatos distribuidos en una superficie de más de 700 hectáreas. El sistema de almacenamiento térmico de sales fundidas permitirá entregar energía de forma estable durante las 24 horas del día.
El complejo, se afirma desde Abengoa, "evitará la emisión de unas 870.000 toneladas de CO2 al año y permitirá responder a la demanda de energía de la población y de la industria gracias a la combinación de ambas tecnologías".