El presidente de Anpier ha animado, asimismo, a Fernández Vara a que “avancen con decisión, tal y como están haciendo, hacía un nuevo modelo de generación energética más sostenible y justo, puesto que las condiciones de España, en general, y del sur de la Península ibérica, en particular, son excelentes para la generación fotovoltaica”.
En la reunión han participado también José Luis Navarro, Consejero de Economía e Infraestructuras de la Junta de Extremadura; el director general de Anpier, Rafael Barrera; y el delegado de esta asociación en Extremadura, Juan José López Vivas.
Tras trasladar al gobierno de la Junta de Extremadura las dramáticas circunstancias en las que a día de hoy se encuentra el colectivo productor fotovoltaico español, que, según señala Anpier, soporta recortes de hasta el 50% de las retribuciones que fueron ofrecidas por el Estado, Martínez-Aroca destacó que “ni una sola familia productora imaginaba, ni siquiera remotamente, que a los dos años de tener en marcha las instalaciones, el Gobierno fuera a cambiar las condiciones que motivaron nuestro esfuerzo inversor, puesto que, de haber sido así, no hubiéramos destinado ni un solo céntimo de duro, al tratarse de un colectivo muy conservador con sus ahorros”.
Martínez-Aroca subrayó, además, que tan importante como cambiar las tecnologías de generación energética es socializar la posibilidad de producir y comercializar estas energías, en cualquiera de sus modalidades, desde el autoconsumo doméstico y empresarial, hasta la generación para suministro general a través de la red. “Sin embargo, nada de esto sucederá si no se devuelve la confianza en las inversiones y en la estabilidad regulatoria que nunca debíamos de haber perdido”, señaló el presidente de Anpier.
“A pesar del fiasco económico que sufren las familias fotovoltaica españolas, cerca de 5.000 en Extremadura, la inversión realizada por este colectivo ha permitido que la generación fotovoltaica sea ya la más competitiva en precio y pueda ser gestionada por pequeñas iniciativas y particulares”. Esto, explica Anpier, supone una ventaja competitiva extraordinaria, al ofrecer a empresas y particulares la posibilidad de evitar soportar los importantes márgenes comerciales que vienen disfrutando las empresas tradicionales del sector eléctrico español”.