Entre los cuarenta primeros proyectos aprobados a finales de 2012 en la primera convocatoria de los Proyectos Clima se encontraba la planta de biogás que Giesa Agroenergía construirá en Campillos. Lo sustancial de este programa, que promueve iniciativas para reducir emisiones de gases de efecto invernadero en sectores como la agricultura, transporte, residencial o residuos, considerados como difusos, es que el Fondo de Carbono estatal adquirirá las reducciones verificadas que logren dichas iniciativas, la de Campillos incluida.
A lo largo del pasado mes de diciembre, varios medios de comunicación andaluces, principalmente de la provincia de Málaga, han ido informando sobre la evolución de la instalación de biogás agroindustrial, que sería la primera de estas características de Andalucía. En La Opinión de Málaga señalan que Giesa Agroenergía lleva dos años y medio trabajando en el proyecto, que conllevará una inversión de 3,7 millones de euros, de los cuales 1,1 millón procederán de una subvención concedida a través de la Agencia Andaluza de la Energía. Este mismo dato lo recogía en noviembre Europa Press, dentro de un repaso a los proyectos de ahorro, eficiencia y renovables que apoya esta entidad.
Alta concentración de ganadería porcina y de purines
En la misma información de la agencia se incidía en que la generación de biogás a partir de purines y otros residuos agroindustriales y ganaderos “se utilizará para suministro a granjas de la zona, generación y venta de calor a consumidores agroindustriales y electricidad a la red eléctrica”. La zona en la que se enclava el municipio de Campillos, perteneciente a la comarca de Antequera, es la de mayor actividad porcina de la provincia, hasta el punto de concentrar el 90% de este tipo de ganadería, lo que genera un volumen importante de residuos (purines) que formarán el sustrato principal de la planta de biogás.
Según La Opinión de Málaga, la instalación procesará 60.000 toneladas de residuos al año, de los que un 75 por ciento serán purines de porcino. El resto lo compondrán, entre otros, residuos de frutas y hortalizas, lodos de depuradoras, gallinaza (residuo de granjas avícolas) y alperujos (residuos de las almazaras de aceite). Además del aprovechamiento para generar energía térmica y eléctrica a partir de estos residuos, se elaborará abono orgánico con el digestato resultante. Tanto los responsables de Giesa, como del Ayuntamiento, destacan también la repercusión laboral de la planta, ya que creará quince puestos de trabajo.
