Con el marco del proyecto de plan de acción climática para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de cara a la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21), a realizarse en diciembre próximo en París, el estudio hace hincapié en que el gobierno chileno publicó una versión preliminar para consulta pública de la llamadas Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional (INDC, por su acrónimo en inglés).
Dicho proyecto de INDC propone dos opciones, cada una con objetivos para 2025 y 2030. El más ambicioso plantea cortar la intensidad de emisiones GEI de su economía (es decir, reducir la cantidad de emisiones de GEI por unidad de PIB) entre 40 y 45% en 2030, mientras que plantea entre 35 y 40% para el otro.
El estudio toma la primera de las opciones y plantea que significaría anualmente al menos un ahorro de 2,9 mil millones de dólares en importaciones de combustibles fósiles, la prevención de 700 muertes prematuras a partir de la contaminación del aire y la creación de 7.000 empleos verdes adicionales en energía renovable doméstica.
En tanto, si el objetivo fuese alcanzar -como plantea el estudio del NewClimate Institut- que las energías renovables cubran toda la demanda energética de Chile hacia 2050, y por lo tanto en línea con mantener el calentamiento global por debajo de 2° C, posiblemente incluso 1,5° C, según se sostiene los beneficios anuales se extenderían del siguiente modo:
-ahorro de 2,4 mil millones de dólares más en las importaciones de combustibles fósiles adicionales a las reducciones INDC propuestas, lo que posibilitaría alcanzar un total de 5,3 mil millones de dólares
-800 muertes prematuras menos a partir de la contaminación del aire, lo que da un total de 1.500 muertes menos al año.
-4.000 puestos de trabajo adicionales en el sector de la energía renovable doméstica; total: 11.000 puestos de trabajo más que en el escenario de las políticas actuales.